La ciudad fue fundada en 1062
MARRAKECH
la ciudad cautivadora : Una inmersión en la historia y las maravillas arquitectónicas
Abdou SOUIB
Gerente
Bienvenidos a Marrakech, la joya de Marruecos, una ciudad que cautiva los sentidos y evoca imágenes de esplendor, misterio y tradición. Más allá de sus bulliciosos zocos y su encantadora atmósfera, Marrakech es un destino rico en historia y monumentos icónicos. En este artículo, exploraremos los tesoros ocultos de esta antigua ciudad, arrojando luz sobre su fascinante pasado y las maravillas arquitectónicas que deleitan a los turistas de todo el mundo.
Un viaje en el tiempo:
Marrakech, fundada en el siglo XI por los Almorávides, tiene una historia profundamente arraigada en la cultura bereber y árabe. Mientras deambulan por las estrechas callejuelas de la medina, serán transportados a otra época, cuando las caravanas de comerciantes se cruzaban en la Ruta del Oro y las Especias. Las paredes ocres de las casas, las puertas de madera ricamente talladas y los exuberantes jardines son testigos del patrimonio arquitectónico único de la ciudad.
Palacios y Riads:
Entre los tesoros arquitectónicos de Marrakech, los palacios y los riads ocupan un lugar central. El Palacio de Bahia, construido en el siglo XIX, es un deslumbrante ejemplo de arquitectura marroquí, con sus patios interiores, jardines exuberantes y habitaciones ricamente decoradas. El Palacio El Badi, en otro tiempo espléndida residencia del sultán, ofrece impresionantes vistas panorámicas de la ciudad desde sus murallas.
Los riads, por otro lado, son casas tradicionales convertidas en casas de huéspedes. Sus patios interiores adornados con mosaicos, fuentes murmurantes y terrazas panorámicas brindan un ambiente tranquilo donde los viajeros pueden rejuvenecer después de un día de exploración.
La Mezquita de Koutoubia:
Una visita a Marrakech no está completa sin dejarse deslumbrar por la majestuosa Mezquita de Koutoubia. Construida en el siglo XII, este icono arquitectónico es un símbolo de la ciudad. Su minarete de 77 metros de altura se alza orgulloso en el cielo, visible desde lejos. Los intrincados detalles de la arquitectura morisca y los jardines circundantes la convierten en un lugar de contemplación y serenidad.
